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Empirismo
Sereno y tranquilo voy a llamar a la puerta de bronce del sepulcro.
J. W. Goethe, Las desventuras del joven Werther.
El microcuentista disfruta con su arte porque puede manejar el tiempo a su antojo. Hoy mismo ha comprobado cómo el intervalo que dista entre un disparo en la sien y la muerte efectiva del personaje es muy superior al real. En ese estrecho lapso caben, al menos, dos reflexiones, un haz de luz que inunda la escena, el retumbar del disparo rebotando entre las paredes y la sensación de lenta lasitud que embarga el cuerpo herido y embriaga al lector. En cambio, en una situación real nada de eso es posible. La muerte es rotunda y prácticamente instantánea, incuestionable, antiliteraria. Hoy lo ha comprobado sin que quede la más mínima sombra de duda; acaso un leve olor a pólvora.
Categoría: Mediaturas | 4 Comentarios
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Comentarios
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Buena combinación, la reflexión metaliteraria, interesantísima, y el giro final. Lo de la prosa no lo repito por no abrumarte ;). |
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No sólo pasa con los microrrelatistas, creo que cualquier artista hace eso: alterar el tiempo y el espacio, añadir reflexiones metefísicas en tiempos mínimos,... Pura ciencia ficción. |
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Coincido con Elisa en que está muy lograda el giro final. Y me encanta la frase final: "acaso un leve olor a pólvora". |
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Gracias, Elisa, Luisa, Pablo. Esta serie del microcuentista me gusta bastante, porque gracias a ella pienso un poco en esto de la escritura y en cómo se relacionan realidad y ficción.
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